Ruta de 5 días en Marrakech con una noche en el desierto de Agafay

Descubre una ruta perfecta de 5 días en Marrakech con adolescentes, incluyendo visitas imprescindibles, consejos de transporte y una fantástica noche en el desierto de Agafay.

Día 1: Llegada a Marrakech y primera toma de contacto

Tienes vuelos directos desde varias ciudades españolas a Marrakech. Por supuesto Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla,  pero también desde aeropuertos como Zaragoza, Santander, Palma… gracias a Ryanair .

Nosotros volamos desde Santander en Semana Santa por unos 100 eur. Consulta con antelación fechas, frecuencias y precios.

Reservamos el alojamiento en el Riad D´Ari, a través de Booking muy bien valorado y además a 10 minutos andando del corazón de la Medina  (la parte antigua de Marrakech) que es la plaza de  Jemaa el-Fna.

Este Riad me gustó también por su ubicación, cerca de una avenida principal que nos permitia localizarlo fácilmente cuando saliéramos a caminar por las callejuelas de la medina. A veces no es tan sencillo.

El traslado del aeropuerto al Riad lo gestionamos con el mismo alojamiento, y fue magnifico. Nos salió a buscar a la calle principal  una persona del riad, identificada como tal y nos ayudó con el equipaje sin solicitarlo.

Tarde/noche el primer día

Si llegas a buena hora y no estais muy cansados, os recomiendo

  • Paseo tranquilo por la Medina acercándoos hacia la plaza para acostumbrarse al ambiente.
  • Cena con vistas panorámicas en el Cafe Restaurnat Argana que puedes reservar con antelación y se encuentra en la propia plaza Jemaa el-Fna y desde donde tienes unas vistas de la vida de la plaza espectaculares. Restaurante con muchos turistas pero precio razonable y buena calidad.

Día 2: Descubriendo la esencia de Marrakech

Desayunamos  en el Riad. La costumbre es ofrecer un desayuno muy completo, con zumo, huevos, pan, tortitas, mermeladas, dulces, té y café y algo de fruta. Te lo llevan todo a tu mesa, y están dispuestos a cualquier cambio o sugerencia que necesites. Súper amables.

Habíamos concertado una Tour privado para nuestra familia a través de Civitatis. Existen algunos Tours con grupos guiados pero la diferencia de precio no era tan alta, y nos apetecía tener una experiencia más personal.

El guía se acercó  a nuestro Riad, y durante un rato fuimos comentando  el plan: las visitas que tuvieramos  pensadas más las que él consideraba interesantes.  Nosotros teníamos interés en recorrer primero el zoco y aprovechar la mañana fresca y más tranquila para ello, y dirigirnos después  a las 4 grandes visitas:

  • Mezquita Koutoubia solo se puede ver desde fuera, pero es un icono de la ciudad. Preciosos jardines a sus pies. Y en Ramadán una llamada a la oración digna de escuchar.
  • Madrasa Ali Ben Yousse, una antigua escuela y  es la más importante de Marrakech. Construida en el siglo XIV fue utilizada para alojar a más de 800 estudiantes en sus celdas o habitaciones. Completamente restaurada, y muy curiosa seguro para tus hijos comprobar en qué pequeñas habitaciones con literas dormían los estudiantes.
  • Palacio de la Bahía, arquitectura increíble y jardines impresionantes. El guía te ayudara a entender mucho mejor lo que significaba ser un gran visir de un sultán. Esta construido a finales de 1860 por lo que es relativamente reciente pero muy majestuoso.
  • Tumbas Saadíes . Tumbas del siglo XVI dedicadas a la madre del sultán Ahmed al-Mansour y otros miembros de esa familia. ricamente ornamentadas es un lugar que transmite serenidad aunque la cantidad de visitantes lo pone dificil.

En las 3 visitas (Madrasa, Palacio y las Tumbas) hay que abonar entrada. En nuestro caso  el guía se encargó de comprarnos las entradas (con nuestro dinero lógicamente, no están incluidas en el precio del tour) lo que  nos evitó bastantes colas en los accesos  por ser grupo guiado. Ese es otro punto a favor de ir con guía.

Mediodía:

  • Nuestro guía nos llevó a La Table de la  Kasbha , un restaurante encantador situado muy cerca de las Tumbas Saadíes. Su terraza con vistas panorámicas nos permitió disfrutar de un ambiente relajado, lejos del bullicio, convirtiéndose en un pequeño oasis en medio de la ciudad. La carta ofrece una deliciosa combinación de platos marroquíes e internacionales, perfecta para todos los gustos

Tarde: Descanso, exploración y cena en Nomad

  • Tras una mañana intensa, decidimos regresar al Riad para descansar y reponer energías. A medida que caía la tarde y se acercaba el final del ayuno del Ramadán, la ciudad comenzó a recuperar su ritmo habitual. Fué entonces cuando salimos de nuevo a recorrer las calles con una mejor orientación y más confianza en nuestro camino.
  • Uno de los lugares que visitamos fue la Plaza de las Especias (Place des Épices), un rincón vibrante donde los aromas y colores de los productos locales nos envolvieron en la auténtica esencia de Marrakech.
  • Para la cena, teníamos mesa reservada en  Nomad , un restaurante de moda con una terraza espectacular y un ambiente moderno. La experiencia fue excelente, con una carta variada que nos permitió disfrutar de opciones tanto marroquíes como platos veganos, ideales para nuestra hija. Sin duda, una cena perfecta para cerrar el día en Marrakech.

Día 3: Jardines, museos y relax en Marrakech

Mañana

Tras el copioso desayuno en el Riad, con similar oferta que el día anterior, salimos a  recorrer otra zona de Marrakech y con la idea de ver

  • Visita a los Jardines de Majorelle 
  • Museo Yves Saint Laurent (para amantes del diseño y la moda).
  • Paseo por el barrio de Gueliz, la parte más moderna de Marrakech.

Para ello, nos dirigimos hacia el norte, saliendo de la Medina y adentrándonos en los barrios más modernos de Marrakech. Aquí, las calles son más amplias, las avenidas están mejor urbanizadas y los negocios tienen un aire más actual, ofreciendo un contraste interesante con el bullicio tradicional del casco antiguo.

Si hay un lugar que no puedes perderte, son los Jardines de Majorelle. Mi recomendación es comprar las entradas con antelación, ya que el acceso es limitado y suele agotarse rápidamente. Puedes hacerlo cómodamente online, lo que te evitará sorpresas desagradables. En nuestra visita, nos encontramos con unos conocidos de nuestra ciudad que no pudieron entrar porque no quedaban entradas disponibles para ninguno de los días de su estancia en Marrakech. Y créeme, este lugar es una joya que merece la pena visitar.

Entre el paseo por la ciudad (súper interesante)  para llegar a los jardines y la visita que debes hacer con calma, la mañana se te pasa rápido.

 Mediodía Comida con causa:

  • Para nuestra comida, elegimos un lugar realmente especial: Amal Center. Este restaurante-escuela no solo ofrece una deliciosa gastronomía local, sino que también tiene una importante labor social, ya que funciona como un espacio seguro para mujeres en riesgo de exclusión, ayudándolas en su camino hacia la independencia y la emancipación.
  • Fundado en 2013 por Nora Fitzgerald, una estadounidense nacida y criada en Marruecos, Amal Center se ha convertido en un referente de la cocina tradicional con un propósito solidario. El restaurante está abierto de lunes a sábado, de 12:00 a 15:30h, y su menú casero incluye especialidades como cuscús con verduras o con pollo, preparados con mimo y sabores auténticos.
  • Ubicado a unos 15 minutos a pie de los Jardines de Majorelle, este lugar merece una visita no solo por la calidad de su comida, sino también por el encanto de su terraza, un oasis de tranquilidad donde disfrutar. ¡Totalmente recomendable!

Tarde-Noche

  • La tarde la dedicamos a regresar hacia el Riad para descansar , puedes si lo deseas relajaros  en un Hammam familiar (recomiendan Les Bains de Marrakech o Hammam de los Rose) pero nosotros no lo hicimos.
  • Había  localizado un lugar para hacernos un  dibujo en henna,  El Henna Café en la medina, al mismo tiempo que tomas un zumo y descansas por la tarde. El Henna Café es también una ONG que  ayuda a cientos de jóvenes en su escolarización y enseñanza de idiomas para promover su empleabilidad. Ahora mismo además tras el devastador terremoto de septiembre del 23 están recaudando fondos y ayudando a la reconstrucción en los pueblos más dañados.
  • Cenamos en el Bazaar Café, a 5 minutos de la plaza Jeema el-Fna que como ves sirve de referencia todo el tiempo.

Día 4: Excursión al desierto de Agafay con noche bajo las estrellas.

Uno de los grandes sueños de nuestro viaje a Marrakech era pasar una noche en el desierto. La idea de dormir bajo un cielo estrellado, lejos del bullicio de la ciudad, y descubrir un paisaje completamente distinto nos parecía una experiencia única para conocer otra cara de Marruecos.

Si tú también estás pensando en vivir esta aventura, te recomiendo leer nuestro post [¿Noche en el desierto de Marruecos: Sahara o Agafay?], donde compartimos cómo tomamos nuestra decisión entre estas dos opciones y qué aspectos debes considerar para elegir la que mejor se adapte a tu viaje. ¡No te lo pierdas antes de planificar tu escapada al desierto!

Una vez decidimos que lo nuestro era Agafay me dediqué a comparar distintos campamentos.

¿Que incluye una noche en el desierto? 

  • Traslado desde Marrakech al campamento (no incluido en el precio)
  • acogida en las jaimas o tiendas con un té de bienvenida
  • Jaimas o tiendas muy confortables y algunas bellamente decoradas: baño y ducha incluido
  • posibilidad de hacer alguna actividad como paseo en camellos (no de nuestro gusto, por respeto a los animales) o  un paseo en Quad (con un coste extra)
  • alguno ofrecen una pequeña piscina en la que relajarse
  • cena casera con platos típicos
  • espectáculo durante la cena de música o baile tradicional
  • Traslado por la mañana si se desea

En nuestro caso, tras mucho buscar y leer opiniones sobre diferentes campamentos,  elegimos Emeraude Luxury Camp que combina el encanto del desierto con un tipo de tienda moderna, muy del gusto de nuestras hijas. Las tiendas son como Iglús medio esféricas, con una parte de plástico transparente que permite ver las estrellas por la noche. Tiene una pequeña pero bonita piscina que pensé podía ser interesante para relajarnos.

Concertamos el viaje de ida con el riad donde nos alojamos. El viaje de vuelta lo haríamos directamente al Aeropuerto y lo reservamos con Booking. Los precios son parecidos porque la distancia era similar.

Después de tres días explorando Marrakech, nos embarcamos en una de las experiencias más esperadas del viaje: pasar una noche en el desierto de Agafay.

El trayecto hasta el campamento duró aproximadamente una hora, un recorrido que nos permitió descubrir el paisaje y la vida fuera de la ciudad. A medida que nos alejábamos del bullicio de Marrakech, los paisajes áridos y los pequeños pueblos se sucedían ante nuestros ojos, reflejando la realidad de un Marruecos menos turístico, donde la pobreza es más evidente.

Un desierto diferente, pero con un encanto especial

El Desierto de Agafay no es un desierto de dunas doradas como el Sahara, sino un paisaje pedregoso y árido, con colinas que crean un entorno visualmente impresionante. Lo mejor, sin duda, fue ver la majestuosa silueta del Atlas al fondo, una imagen que hacía que el entorno pareciera aún más mágico.

Al llegar al campamento, nos recibieron con un té de bienvenida en la tienda principal, que por la noche se convertiría en el comedor. Mientras formalizamos el registro, nos asignaron nuestras tiendas, perfectamente equipadas y preparadas para una noche cómoda en medio del desierto.

En el campamento había diversas actividades disponibles, como paseos en camello y rutas en quad. Sin embargo, no somos partidarios del uso de animales en el turismo, por lo que descartamos el paseo en camello.

También había la opción de recorrer el desierto en quad, pero preferimos quedarnos en la piscina del campamento, disfrutando del sol y de un baño refrescante. El agua, aunque fría, era un placer después del calor del día. Es importante tener en cuenta que, al caer la noche, la temperatura en el desierto baja considerablemente, lo que impide que el agua de la piscina se temple.

Cena bereber bajo el cielo nublado

Tras una ducha y un rato de descanso, nos dirigimos a la cena. El menú fue una deliciosa cena bereber, con tajine de pollo y vegetales, acompañada de sopa, ensalada y dulces típicos marroquíes. Mientras cenábamos, dos músicos tocaban melodías tradicionales, lo que aportó un toque pintoresco y auténtico a la velada.

Esperábamos que la noche nos regalara un cielo estrellado, pero las nubes lo cubrieron por completo, apagando nuestras ilusiones de ver la Vía Láctea en pleno desierto. Sin embargo, la experiencia de estar allí, rodeados de un silencio absoluto y una oscuridad total sin contaminación lumínica, hizo que la noche fuera igualmente especial.

Nos retiramos a nuestras tiendas con la sensación de haber vivido una experiencia única y tranquila, desconectados del mundo y en plena naturaleza. Dormir en el desierto, aunque fuera a sólo una hora de Marrakech, fue una de las experiencias más memorables del viaje.

Día 5:Últimos momentos en el desierto y regreso a casa

Después de una noche tranquila en el campamento, no logramos levantarnos a tiempo para ver el amanecer sobre el desierto. Sin embargo, comenzamos el día con un desayuno relajado, disfrutando del ambiente sereno antes de emprender el regreso.

Con algo de tiempo libre antes de la recogida, decidimos dar un paseo por los alrededores del campamento, explorando un poco más el paisaje pedregoso y la tranquilidad del desierto de Agafay. Caminar por allí, sin más ruido que el viento, fue una manera perfecta de despedirnos de esta experiencia.

A la hora acordada, nuestro coche llegó puntualmente y nos llevó de vuelta a Marrakech sin inconvenientes. Una vez en el aeropuerto, regresamos al bullicio y el ajetreo, un contraste absoluto con la paz del desierto.

Recomiendan llegar 2 horas y media antes de la salida del vuelo, ya que los controles suelen ser lentos. Antes de dirigirte a la puerta de embarque, pasa por el mostrador de la aerolínea para que sellen tu documento de salida de Marruecos, incluso si ya tienes las tarjetas de embarque. Es un trámite necesario y obligatorio. Si ello  no podrás pasar el control de pasaportes.

Con todo en orden, embarcamos en nuestro vuelo de regreso a España, cerrando así una aventura inolvidable por Marrakech y el desierto. ¡Hasta la próxima, Marruecos!

Consejos para tu viaje a Marrakech:

Seguridad y salud: evitar imprevistos

Cuidado con el agua → Siempre embotellada.
Lleva un pequeño botiquín → Con paracetamol, ibuprofeno y algo para el estómago.
Protector solar y gorra → El sol en Marrakech es fuerte, incluso en invierno.
Evita muestras «gratuitas» en la plaza Jemaa el-Fna → A menudo te pedirán dinero después.
Atención con encantadores de serpientes y monos → No apoyes estas prácticas y evita interactuar con ellos.

📌 Consejo: Si un local se ofrece a guiarte sin que lo hayas pedido, seguramente espera una propina al final.

Consejos para viajar en familia en Ramadán

Si tu viaje coincide con el Ramadán, debes tener en cuenta que:

  • Algunos restaurantes y tiendas cierran durante el día, aunque los turísticos permanecen abiertos.
  • Evita comer o beber en público durante el día por respeto a quienes ayunan
  • Por la noche, la ciudad cobra vida con mercados y cenas familiares.

📌 Consejo: El Ramadán es una experiencia cultural muy interesante, aprovecha para indagar sobre ello y poder comentarlo con tus hijos

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