Viajar con adolescentes es una aventura en sí misma. Hay que mantenerlos activos, sorprendidos y, si se puede, algo desconectados. Islandia, con su naturaleza tan distinta, los baños termales, cascadas, volcanes y paisajes maravilloso, fue para nosotros el destino ideal. Viajamos durante 5 días y volvimos con la sensación de haber vivido algo único.
Aquí te cuento cómo lo organizamos, qué vimos y qué recomiendo, con un enfoque práctico por si quieres prepara tu viaje y coger algunas ideas.
¿Cuántos días necesitas para visitar Islandia?
Para recorrer toda la isla lo ideal serían 8 o 10 días. Pero si, como nosotras, solo dispones de 5 o 6, no te preocupes: el sur de Islandia ofrece una concentración de maravillas naturales que puedes disfrutar perfectamente en ese tiempo. Es una zona alucinante, llena de paisajes que parecen de otro planeta, muy accesibles, y con muchos puntos de interes que estan relativamente cerca entre si.
¿Cuál es la mejor época?
Viajamos en octubre: colores de otoño, algo de nieve en polvo, pocas aglomeraciones y posibilidad de ver auroras boreales (aunque el cielo no se despejó lo suficiente). Las temperaturas eran bajas, pero muy soportables con ropa de abrigo.
¿Qué hacer en Islandia en 5 días?
Nuestra ruta fue sencilla y efectiva: base en Selfoss para explorar el sur y el Círculo Dorado, con coche de alquiler (¡con Wi-Fi!) y una buena dosis de paisajes sorprendentes.

Día 1 – Reykjavik y rumbo a Selfoss
Aterrizamos de madrugada y dormimos en el Hotel Smári, al lado del aeropuerto. Por la mañana, recogimos nuestro coche de alquiler con Wi-Fi portátil (muy recomendable para mapas, clima y paz familiar).
Pasamos la mañana en Reykjavik:
- Visitamos la Hallgrímskirkja, la famosa iglesia de líneas rectas.
- Paseamos por la calle arcoíris (Skólavörðustígur).
- Exploramos tiendas de segunda mano y librerías.
- Comimos en Gaðurinn, un restaurante vegano pequeño, acogedor y con comida deliciosa.
Después, pusimos rumbo a Selfoss, parando en Kerið, un cráter volcánico con lago de color verde, espectacular en ese día ligeramente nevado.
En Selfoss nos alojamos en el Hotel South Coast, moderno y muy cómodo. La gran ventaja: junto al hotel hay una galería gastronómica con varios restaurantes (tailandés, tacos, pizzas), ideal para cenar cada día sin repetir ni discutir.

Día 2 – Cascadas y paisajes volcánicos
Salimos temprano para una jornada de naturaleza imponente:
- Seljalandsfoss, la cascada que se puede rodear por detrás. Es una de las cascadas mas famosas de Islandia y con razón. Tiene unos 60 metros de altura y lo mas emocionante es que puedes caminar por detrás del agua (eso si con chubasquero) Esta a unos 65 km de Selfoss
- Skógafoss, poderosa y perfecta para fotos. También con 60 metros de caída pero con muchísimo caudal, Podéis verla desde arriba subiendo unas escaleras laterales. La vista desde ahi es magnifica, y además puede ver parte de la isla hacia el mar. A solo 30 kilómetros o 30 minutos desde Selfoss en la misma Carretera 1.
- La playa negra de Reynisfjara, famosísima, y con columnas de Basalto. Es la playa mas espectacular de Islandia. De arena negra, formaciones volcánicas y las comunas de basalto . Está camino de Vik el pueblito mas mono de todo el sur y muy famoso por su pequeña iglesia de tejado rojo. El parking es de pago.
- Parada en Vík, con sus vistas y su atmósfera nórdica. Justo antes de llegar al pueblo hayuna pzzeria que merece mucho la pena, para probar una famisa «pizza de base negra» en horno de leña y deliciosa.
- el Glaciar Solheimajökull- Es una lengua del gran glaciar Myrdalsjokull. Es impresionante conocer sobre los glaciares, aunque la visión (están oscurecidos por el polvo o la tierra) no es tan alucinante como podrías imaginar. Existe la opción de hacer excursiones sobre el hielo, con todo el material que te proporcionan., (casco ,crampones..)
Mi recomendación, salvo que vayas en verano y lo tengas muy claro, es no contratar con antelación las actividades , como la caminata en el glaciar. El tiempo es impredecible, y en nuestro caso estuvo el día con viento frio a 2 grados. Y la perspectiva de estar una hora a la intemperie (aunque tuviéramos ropa de esquí) no nos resulto atractiva.
Volvimos a Selfoss al atardecer y repetimos cena en la galería. Una fórmula perfecta con adolescentes.

Día 3 – Círculo Dorado, Blue Lagoon y noche cerca del aeropuerto
¿Qué es realmente el Circulo Dorado?
El circulo Dorado es una ruta circular muy popuale (la mas turiticade Islancai) porque esta cerca de Reikjavik y te permite ver 2 lugares clave en poco tiempo.
Las tres paradas del Circulo Dorado
- Þingvellir, esta a 1 hora de Selfoss, Aquí se separan las placas tectónicas de América y Eurasia. ( caminamos literalmente entre dos continentes )Fue el primer parlamento del mundo, en el año 930 . El paisaje es muy peculiar , muy «Juego de Tronos»,. Se paga el parking, hay algunas caminatas fáciles para dar una vuelta dentro de las propias grietas y un mirador. El sitio es curioso pero no entretiene demasiado a los jóvenes. Mejor una visita breve.
- Geysir y Strokkur, con chorros de agua hirviendo que nos tuvieron pendientes de cada erupción. Esta si que fue una espectacular atracción,. El chorro Strokkur entra en erupcion cada 5 o 10 minutos y lanza un chorro al cielo de agua caliente. Hay vapor saliendo del suelo, y burbujas que con el contraste del frio fuera resulta super interesante. Hay parking gratuito y zona de lavabos para los turistas. No hace falta caminar mucho desde el parking, por lo que resulta súper accesible. A nosotros esta visita nos encanto. Es muy visual y dinámico. Pendientes de la siguiente erupción !!
- Gullfoss, una cascada brutal, de las más grandes y poderosas de Islandia. Tiene como ds niveles y cae en una grieta. Es impresionante por el sonido y la fuerza del agua. ha una par de miradores, desde arriba y desde media altura, y algunos caminos si deseas para bajar hasta el agua.
Paramos a comer en la carretera, en un restaurante sencillo llamado Única, entre Geysir y la cascada. Cómodo y sin complicaciones. Tambein hay para comer una cafetería en Gaeysir con copas, sandwiches y baños limpios.
Mi consejo con adolescentes: : hazlo dinámico, no te detengas demasiado en la parte histórica de Pingvellir, En cambio merece la pena la cascada y el Geysir para sacar fotos espectaculares, y descubrir paisajes únicos,.. Lo bonito de Islandia es que todo el paisaje ENTRE las paradas también merece la pena.

La experiencia en el Blue Lagoon
Por la tarde noche, teníamos reserva en Blue Lagoon. Es un balneario geotérmico situado en un campo de lava en Gruindavik al suroeste de la isla. Por su ubicacion no lejos de la zona del aeropuerto, es ideal para disfrutarlo o al principio o al final de la estancia. Nosotros quisimos acabar con un «regalazo» y por eso lo hicimos la visita, la víspera de marcharnos.
Sus aguas son azul lechoso, ricas en minerales como el sílice y el azufre. Esta una temperatura de entre 37 y 39 grados. (magnifica)
Llegar es sencillo, esta bien indicado y tiene un amplio parking. Al llegar te entregan una pulsera electrónica que sirve para acceder a las instalaciones y realizar consumos dentro. Antes de entrar en la laguna , debes pasar por la ducha (hay vestuarios, amplios y con taquillas).
La visita incluye una bebida en el «in water bar» es decir una barra de bar desde el agua, por lo que no necesitas salir. También te facilitan una mascarilla en el «mask bar «, con sílice. Si deseas además hay opciones de tratamientos y masajes.. pero nosotros cuatro cogimos la visita estándar.
Es imprescindible reservar con antelación . Puedes hacerlo desde la pagina oficial y hay varios tipos de entradas. La confort que nosotros disfrutamos cuesta 70 euros por persona. Barato no es, pero la experiencia es irrepetible.
Como estuvimos al atardecer (reservamos a las 19.00) vinos anochecer en la laguna, y la sensación con el vapor que sale del agua y la semioscuridad es fascinante.
Encontramos bastantes turisteas, pero como es amplia, no hay agobios.
Dormimos esa noche en el Hotel Keflavík, en Reykjanesbær, a solo 10 minutos del aeropuerto. El hotel, muy decorado, con un estilo algo más llamativo y menos nórdico, nos resultó práctico, aunque algo caro. El pueblo, eso sí, no tiene gran interés. Cenamos en el restaurante del hotel, que esta abierto la publico en general y tiene una oferta suficientemente amplia para todos los gusto.

Día 4 – Regreso a casa
Vuelo temprano. Entrega del coche sin problemas en el aeropuerto y vuelta con la mochila llena de recuerdos (y fotos espectaculares).
El vuelo de regreso lo hicimos con EasyJet vía Manchester. A primera vista parecía una opción estupenda: el precio era muy conveniente y el horario bastante cómodo. Pero lo cierto es que aterrizar en Manchester no fue la mejor decisión.
Aunque el aeropuerto funciona bien, la parte complicada viene después: al salir, necesitas volver a cruzar a otra terminal o zona para hacer la conexión, y todo el proceso se vuelve un poco engorroso. Entre los controles, los traslados internos y la espera, lo que parecía una buena idea se convirtió en una escala algo latosa.
Si puedes elegir, quizá convenga valorar aeropuertos con escalas más ágiles o conexiones más sencillas. A veces, lo barato puede salir un poco más caro en tiempo y energía.
Consejos para familias con adolescentes
- Coche con Wi-Fi: fundamental para todo, desde mapas hasta tener paz en el coche.
- Selfoss como base: buena ubicación, supermercado, galería gastronómica y rutas accesibles.
- Reserva con antelación: alojamientos, Blue Lagoon, coche… en Islandia improvisar sale caro.
- Ropa técnica e impermeable: imprescindible. No escatimes.
- Mezcla aventura y confort: naturaleza, baños termales, buena comida… ellos lo agradecen.
- Viaja en otoño/invierno si puedes: los paisajes nevados y la luz rasante son pura magia.
pero…y¿ las auroras ?
Auroras boreales en Islandia: lo que debes saber (aunque no las veas)
Ver una aurora boreal es uno de esos sueños que muchos llevamos en la maleta cuando viajamos a Islandia, especialmente si vamos en otoño o invierno. Es un fenómeno natural fascinante: se produce cuando partículas del sol chocan con la atmósfera terrestre y se iluminan en el cielo como una danza mágica de luces verdes, a veces violetas o rosadas. Lo curioso es que no hacen ruido, ni avisan. Simplemente aparecen… si las condiciones se alinean.
Y ahí está el “pero”: para que las auroras sean visibles, no basta con que haya actividad solar. Es fundamental que el cielo esté completamente despejado. En nuestro caso, estuvimos cuatro noches en el sur de Islandia, con toda la ilusión puesta en verlas —teníamos incluso una app muy útil (se llama My Aurora Forecast) que te avisa del nivel de actividad y te muestra en tiempo real los lugares desde donde otros viajeros las están viendo. ¡Es emocionante seguir el mapa como si fuera una caza del tesoro!
Además, algo que nos pareció muy práctico y muy de agradecer: los hoteles donde nos alojamos se ofrecían a despertarnos por la noche si las condiciones eran buenas y las auroras aparecían. Solo tenías que apuntarte en recepción para que te avisaran. Era como tener un «ángel de las luces» de guardia. Pero, como suele pasar con la naturaleza, no hubo suerte: las cuatro noches estuvieron cubiertas de nubes. No vimos ni una chispa de verde en el cielo.
¿Nos decepcionamos? Un poco, sí. Pero también nos quedamos con la sensación de que volveremos, que las auroras son un regalo que llega cuando toca. Y mientras esperas ese momento, Islandia te deja con tantos otros paisajes fuera de este mundo —cascadas heladas, playas negras, campos de lava con musgo y glaciares centelleantes— que la experiencia sigue siendo mágica. Si tú también sueñas con ver auroras, mi consejo es: ve preparada, instala una app, pregunta en tu alojamiento y mantén la ilusión… pero no dejes que verlas o no verlas marque tu viaje.

¿Repetiríamos?
¡Por supuesto! Islandia tiene ese algo que te atrapa. No vimos auroras, pero lo que vivimos ya fue un espectáculo. La sensación de compartirlo con mis hijas, sin pantallas de por medio y con la emoción de la naturaleza tan presente, no tiene precio.
¿Estás pensando en un viaje con tus hijos adolescentes?
Islandia es, sin duda, una experiencia que les va a dejar huella.