Errores que cometimos en Estambul (y cómo evitarlos) y consejos que aprendí de otros blogs.

Viajar a Estambul con adolescentes fue una experiencia maravillosa, pero como en todo viaje, cometimos algunos errores que podrían haberse evitado. Aquí te comparto nuestras metidas de pata para que tú no caigas en las mismas.​

1. No confiar en el cambio de moneda en el aeropuerto

En lugar de cambiar dinero en el aeropuerto al llegar, que suele ser lo común, decidimos llevar algunas liras turcas desde casa, compradas por Ria (online), que te las envían a domicilio. El servicio es bueno, rápido y te aseguras llegar con algo de efectivo para gastos pequeños. Había leído que algunos cambian en el aeropuerto por comodidad, pero luego se dan cuenta de que el tipo de cambio es mucho menos favorable que en las casas de cambio del centro.

2. Reservar algunas entradas con antelación

Había leído que se forman largas colas en las taquillas de la Cisterna y del Palacio Topkapi. Como íbamos pocos días, pensé que lo mejor era comprarlas con antelación. Eso sí, tienes que tener claro qué día vas a visitar cada lugar, pero compensa: te ahorras tiempo y disfrutas más.

3. Subestimar la gestiones del aeropuerto y las distancias.

Una cosa que aprendimos: nuestro vuelo llegaba tarde, a las 23:30 de la noche, pero todo se alargó bastante más de lo esperado.

Los trámites de pasaporte fueron lentos, y aunque llevábamos el transporte organizado, también lleva su tiempo. En el hall del aeropuerto no pueden entrar los conductores con los típicos carteles con tu nombre, así que te indican una puerta de salida específica, y allí un empleado te pregunta por el nombre del proveedor y llama por walkie-talkie al chófer. Solo esa gestión lleva mínimo 20 minutos. Además, el aeropuerto está a casi una hora del centro, así que llegamos cerca de las dos de la mañana… y encontrar un sitio para cenar a esa hora fue casi misión imposible. Calcula todo eso si vas con niños.

4. No llevar ropa adecuada para las mezquitas

Sabíamos que era necesario llevar un pañuelo en la mochila para entrar en las mezquitas. Sí puedo darte una recomendación: elige uno que no sea de seda o muy sedoso, porque se te resbala cada minuto. Mejor uno alargado, tipo fular, y de gasa ligera, que se sujeta mejor y es más cómodo.

5. Familiarizarse con el cambio.

Cometimos un error por no entender bien el cambio de moneda a euros. En la taquilla del museo de Santa Sofía nos ofrecieron dos tipos de entradas. Nos mostraron un documento en español que nos preguntaba si queríamos una entrada “solo para el balcón” o si preferíamos vivir la “experiencia completa”. Aunque nos indicaron el precio en liras, no nos pareció caro, así que elegimos la segunda opción, sin saber exactamente qué incluía. Resultó que esta entrada también daba acceso a otro edificio, el museo de Santa Sofía, que narra su historia y remodelaciones, pero que en realidad no teníamos intención de visitar. Por este malentendido, terminamos pagando casi 50 euros por persona en lugar de 22.

Consejo final: Cada error fue una lección que enriqueció nuestra experiencia. Estambul es una ciudad fascinante que, a pesar de los tropiezos, nos dejó recuerdos inolvidables. Espero que estos consejos te ayuden a planificar mejor tu viaje y a disfrutar al máximo de esta maravillosa ciudad.​


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