Bilbao en un día: el plan que yo recomendaría
Soy de Bilbao, y si alguna vez vienes a la ciudad y me preguntas qué ver en un solo día, este sería el plan que te propondría con los ojos cerrados. Eso sí, pregúntale a cualquiera de mis amigas, o a mis propios hermanos, y te darán una ruta distinta —porque en Bilbao cada uno tiene su “Bilbao” particular—, pero este es el mío.
Empezaría el día paseando junto a la ría, desde la zona de la Torre Iberdrola frente a la Universidad de Deusto (preciosa) Si vienes en coche, es un buen sitio para dejarlo: el parking de la propia torre es cómodo y céntrico, porque si no, o te vienes en metro a las 4 de la mañana o no aparcas ni de broma.
Desde allí iría caminando en dirección al Guggenheim. Entrar o no al museo ya depende del tiempo y las ganas (la entrada cuesta unos 15 €), pero solo por sus alrededores ya merece muchísimo la pena: la araña de Bourgeois, Puppy, la arquitectura, y ese aire moderno que transformó completamente la ciudad. El Guggenheim no es solo un edificio, es un símbolo de cómo Bilbao se reinventó.
Desde ahí, seguiría caminando por la ribera y cruzaría la ría por la pasarela Zubizuri de Calatrava, o un poco más adelante por el puente del Ayuntamiento. El objetivo es acercarse al Casco Viejo, entrando por el Arenal. En ese recorrido vale la pena detenerse un momento a mirar la fachada del Teatro Arriaga, una joya arquitectónica inspirada en la Ópera de París.
Una vez dentro del Casco Viejo, lo mejor es perderse un poco por sus calles, curiosear, y acabar en la Plaza Nueva. Allí encontrarás un montón de bares con pinchos buenísimos, mucho ambiente y varios sitios ideales para sentarse a comer. Un menú del día entresemana suele rondar los 15-18 €, y los fines de semana calcula entre 20 y 25 €, según el sitio.
Después de comer, si todavía hay energía, te recomendaría volver un poco sobre tus pasos hasta la Plaza del Funicular y subir al Funicular de Artxanda. El billete cuesta poco más de 2 € por trayecto, y desde arriba tienes una vista panorámica de todo Bilbao que merece muchísimo la pena y cierra el paseo con broche de oro.
Y si aún queda cuerda para más, por la noche podrías darte una vuelta por Indautxu, una zona muy viva, con buen ambiente para cenar o tomar algo. La calle Pozas, por ejemplo, es perfecta para tomar unos vinos o lo que surja.
Ese sería, más o menos, mi plan para disfrutar de Bilbao en un día. Muy completo, muy a pie, muy mío.
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