¿Cuánto cuesta viajar 1 semana a México en familia?

Cuando empezamos a mirar un viaje a México, lo primero que nos vino a la cabeza fue: “¿Y esto cuánto nos va a costar?”. Porque sí, las playas del Caribe suenan a paraíso, pero cuando viajas en familia hay que hacer bien los números.

Aquí te cuento, con precios reales de nuestro viaje, lo que puedes gastar en una semana en México. Ya sabes, al estilo Vidaia: sencillo, práctico y pensado para familias.

Vuelos a Cancún

Los vuelos desde España a Cancún no son baratos. Nosotros volamos con World2Fly Madrid a Cancun y el precio fue de unos 800-900 € por persona ida y vuelta.

El billete básico ya incluye una maleta pequeña de cabina y una bolsa o mochila personal, así que si no facturas equipaje no necesitas pagar extra. Eso sí, si quieres viajar con más comodidad —por ejemplo, elegir asientos más amplios, llevar maleta facturada o pedir un menú especial a bordo— te puede interesar la opción Premium, que suele costar unos 200 € más por persona.

Es una buena inversión porque llegas directo, sin escalas, y con la comodidad que se agradece cuando viajas con hijos.

Traslado al hotel en Playacar

Después de tantas horas de avión, no hay nada mejor que tener un coche esperándote. El transfer privado desde Cancún a Playacar cuesta unos 40 €. Lo recomiendo porque evitas líos y vas directo al hotel sin complicaciones. Lo reserve por Booking y la experiencia es buena. Si no quieres llevarlo reservado puedes contratarlo alli a la salida. (hay un montón de taxistas ofreciendo sus servicios)

Hotel en Playacar (Playa del Carmen)

En Playacar elegimos un hotel todo incluido, que nos salió por unos 220 € la noche la habitación doble. Reservamos 2 habitaciones 3 noches (1.320 eur)

En Playacar nos alojamos en el Hotel Hideaway Playacar del grupo Barceló, un hotel de 5 estrellas solo para adultos (a partir de 16 años). Nos pareció perfecto porque es tranquilo, elegante y sin el bullicio de esos todo incluido donde parece que te están ofreciendo helados a cada minuto.

Quisimos probar la experiencia de un todo incluido en la Riviera Maya, aunque no suele ser nuestro estilo (nos gusta más salir a comer fuera y explorar la ciudad). Pero fueron unas pocas noches y la verdad es que la experiencia valió la pena. En recepción nos asesoraron sobre excursiones, y además cuentas con una persona exclusiva para tu bloque de apartamentos: alguien a quien puedes acudir para organizar una excursión, pedir algo de comida o resolver cualquier detalle.

Lo reservamos por Booking y con bastante antelación. Y aquí viene la anécdota: unas semanas después de haberlo reservado, volví a mirar el precio y ¡había bajado! No sé si fue porque agosto es temporada baja en la zona o porque el peso mexicano se había ajustado frente al euro, pero volví a reservarlo más barato (cancelando el anterior, claro). Así que, si tienes tiempo, merece la pena revisar de vez en cuando tu reserva, porque a veces se encuentran sorpresas agradables.

Bucear en Cozumel

Uno de los días más especiales fue el de Cozumel, donde contratamos una excursión privada de buceo. Con transporte desde el Hotel, ferry que cruza desde Playa del Carmen a Cozumel, guía y equipo para el snorkel, nos costó unos 500 €. No es barato, pero la experiencia de nadar en un arrecife lleno de vida marina merece la pena.

Chichén Itzá

La visita a Chichén Itzá era innegociable, pero no queríamos hacerlo como excursión típica de ida y vuelta a Playa del Carmen. Nuestro plan era aprovechar el día para seguir camino hacia Holbox, así que necesitábamos algo más flexible.

La idea fue de mi hija, que mirando el mapa nos dijo: “¿y si lo hacemos de camino y no volvemos al hotel?”. ¡Genial! Así que buscamos un servicio privado que combinara las dos cosas: excursión a Chichén Itzá y traslado posterior.

El plan quedó perfecto: viajamos con todo el equipaje, que se quedó en el coche con el conductor mientras visitábamos las ruinas con calma. Después, paramos a comer en Valladolid y seguimos hacia nuestro siguiente destino.

Nos costó un poquito más encontrar un proveedor que lo organizara a nuestra medida, pero al final lo conseguimos (Xplora Riviera) y mereció muchísimo la pena. Sí, el precio fue más alto (unos 500 €), pero realmente estábamos pagando por dos cosas a la vez: la excursión y el traslado. Para nosotros fue un acierto total.

Cenotes

ara los cenotes dudamos entre dos opciones: buscarlos por nuestra cuenta con un taxista contratado en el momento, o reservar una excursión. Al final me decidí por lo segundo, porque esas semanas había muchísimo sargazo en las playas y pensé que los cenotes estarían muy concurridos.

Quería algo más auténtico, que nos permitiera no solo bañarnos, sino también conocer la naturaleza que rodea estos lugares. Así fue como dimos con la excursión privada a los Cenotes Aldea Nueva, que incluía la visita a cuatro cenotes muy cercanos entre sí.

El guía fue clave: nos explicó un montón de cosas, desde la formación de los cenotes hasta las historias locales. No se trataba solo de llegar, bañarse y marcharse. Además, la experiencia fue muy personal: nos adentramos en la selva prácticamente solos, el guía nos recogió en el hotel y en apenas una mañana descubrimos un entorno único.

Algo curioso de los cenotes en México es que todos tienen precio de entrada, porque el terreno donde se ubican pertenece a particulares. En algunos incluso ofrecen comida o pequeños servicios, lo que ayuda a las familias que gestionan estos lugares. En el caso de Aldea Nueva, están bien atendidos pero mantienen un ambiente bastante natural, sin perder esa sensación de estar en plena selva. El precio de la excursión incluía la entrada.

La excursión fue más corta que otras (unas 3 horas en total), pero precisamente por eso nos encantó: intensa, bien organizada y sin sentir que nos faltaba nada. El precio rondó los 300 € y, sinceramente, mereció la pena por la calidad de la experiencia.

3 Días en Holbox

Después de tanta actividad, cerramos el viaje en la isla de Holbox, un lugar sin coches, de calles de arena y con un ambiente relajado. Mucha gente piensa que, al ser más pequeña y con hoteles más sencillos, los precios son más bajos que en Playa del Carmen… pero no es así. La oferta es más limitada y eso hace que los precios no sean más baratos.

En nuestro caso pagamos unos 150 € al día, solo con alojamiento y desayuno habitación doble. Encontramos el Nomade Hotel, un sitio que nos encantó no solo por su ubicación en medio de la selva, sino también por la construcción, los detalles y la atención del personal. Es de esos lugares donde notas que te cuidan de verdad.

No es un hotel todo incluido ni tiene la infraestructura de los grandes resorts, pero precisamente ahí está la magia: desayunar bajo los árboles, escuchar la naturaleza por la noche y disfrutar de un ritmo mucho más lento.

Comer en México

En Playacar tiramos mucho del todo incluido del hotel, pero en Holbox sí que salimos más a comer fuera. Algo curioso es que en la isla hay un plato muy típico: la pizza de langosta. Eso sí, no es barata: ronda los 40 €, frente a las pizzas normales que cuestan unos 15 €. Nosotros probamos una un día, la compartimos entre todos y así vivimos la experiencia sin que se disparara el presupuesto.

El resto de comidas las hicimos en restaurantes más sencillos, donde pedimos carnes (buenísimas), tacos de res o tacos de gambas, que son muy típicos por la zona. Los precios de los platos suelen estar entre 10 y 20 €, así que no resulta mucho más barato que en España.

También hay que tener en cuenta que las zonas turísticas encarecen los precios. No es lo mismo comer en un local pequeño de Valladolid que en un restaurante frente al mar en Holbox. Aun así, la calidad de la comida merece la pena y siempre encuentras opciones adaptadas a diferentes presupuestos.

Y un detalle muy típico que probamos: el coco en la playa. En muchos puestos lo venden por apenas 1 €. Te lo parten allí mismo, bebes el jugo fresco y luego comes la carne. Sencillo, económico y con ese sabor que sabe a Caribe puro.

Traslado de vuelta

Desde Holbox al aeropuerto de Cancún hicimos otro traslado privado, que nos costó unos 100 €. amoldamos el horario a nuestro gusto para aprovechar lo maximo posible en Holbox antes de volver.

El presupuesto de una semana en México

Si juntamos todo, el viaje queda más o menos así:

  • Vuelos: 800-900 € por persona
  • Traslados: 115 € en total
  • Hoteles: promedio 200 € la noche (doble)
  • Excursiones privadas de dia entero: Cozumel (500 €) + Chichén Itzá (500 €) o de mediodia : cenotes (300 €)
  • Comidas: 15 € por persona/plato

Cosas que hacen variar el precio

Aquí te dejo algunos detalles que influyen mucho en el presupuesto:

  • La temporada: Navidad, verano y Semana Santa son más caros. Mayo, junio o noviembre suelen ser más baratos.
  • El tipo de hotel: desde unos 150 € la noche hasta resorts de lujo que superan los 300 €.
  • Privado o compartido: los tours privados son cómodos y flexibles, cuestan mas que si se hacen en grupo, pero cuanto sois 4 de familia la diferencia entre 4 tickest en grupo o 1 excursion familiar ya no es tanta y merece la pena. Ajustas los horarios y el ritmo a ti y tus hijos/as.
  • Tu estilo de viaje: si buscas comodidad y seguridad (como nosotros), el precio sube. Si prefieres transporte público y restaurantes locales, puedes gastar mucho menos.
  • El cambio de moneda: el euro y el peso no siempre juegan a tu favor, quiza tengas la suerte de que te favorezca como nos paso a nosotros, o tal vez cuando consultes precios, no.

¿Se puede viajar más barato a México?

Seguro que sí. El vuelo es complicado de abaratar mucho, pero en lo demás (alojamientos, traslados y excursiones) hay opciones más económicas: viajar en grupo, usar transporte público como los colectivos, unirse a excursiones compartidas… todo eso reduce bastante el presupuesto.

En nuestro caso, buscamos comodidad al viajar en familia. No queríamos llegar agotados a cada sitio ni ir cargando mochilas de un lado a otro. Preferimos invertir un poco más y tener la tranquilidad de que todo estaba organizado, de movernos en coche privado y de que los hoteles fueran lugares agradables para descansar.

Sobre el alojamiento, un apunte importante: en México el contraste de calidad entre hoteles es muy grande. No es como en España, donde a veces una pensión sencilla puede ser un sitio con encanto. Allí, los hoteles de baja categoría suelen tener condiciones bastante malas. Por eso merece la pena apostar por cadenas conocidas o alojamientos con buena reputación y ubicación, aunque sean un poco más caros. Es una inversión en seguridad y en descanso, dos cosas que en un viaje largo con adolescentes se agradecen mucho.


Viajar a México en familia es una experiencia única. No es el destino más barato del mundo, pero merece la pena cada euro invertido: las playas caribeñas, la historia maya, los cenotes, Holbox… todo se combina para crear recuerdos que no se olvidan.

Nosotros elegimos la comodidad de excursiones privadas y hoteles de confianza porque queríamos disfrutar sin agotarnos, sabiendo que al final del día siempre nos esperaba un lugar tranquilo donde descansar. Pero lo bonito de México es que hay mil formas de viajarlo: desde el mochilero que va en colectivo hasta las familias que buscan comodidad, todos encuentran su espacio.

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